La insuficiencia renal crónica (IRC) representa una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo. Los tratamientos actuales, como la diálisis o el trasplante renal, aunque efectivos, presentan limitaciones importantes. Ante este panorama, las terapias con células madre mesenquimales (MSC) emergen como una alternativa prometedora, gracias a su capacidad para modular la inflamación, proteger estructuras renales y promover la regeneración tisular. Este blog explora los avances, protocolos y perspectivas clínicas del uso de células madre en la IRC.
Las MSC derivadas de médula ósea, tejido adiposo o cordón umbilical tienen la capacidad de migrar a sitios inflamados y secretar factores antiinflamatorios, antioxidantes y antifibróticos. Estas células no se diferencian directamente en nefronas, sino que actúan modulando el microambiente, reduciendo la apoptosis de las células renales y promoviendo la angiogénesis.
La administración de MSC ha mostrado reducción en la proteinuria, restauración parcial de la función renal y disminución de la fibrosis intersticial. Los protocolos clínicos en humanos suelen utilizar infusiones intravenosas de 50 a 150 millones de células por dosis, en esquemas únicos o repetidos. Algunos ensayos han demostrado mejoras en marcadores inflamatorios, función glomerular y calidad de vida.
Aunque los resultados iniciales son prometedores, se requieren estudios multicéntricos más amplios para definir dosis, frecuencia y criterios de inclusión. Las MSC de cordón umbilical presentan una ventaja logística por su fácil expansión y bajo riesgo inmunogénico. En el futuro, su combinación con exosomas o factores derivados podría potenciar los efectos terapéuticos.